Ven mi amado Dios junto a mi vida

Ven mi amado Dios junto a mi vida
Tiempos de pandemia

Me dijiste anda y al escuchar tu voz ande
Me dijiste toma y de tu mano la fe tome
Me dijiste escucha y tus palabras las escuche
Me dijiste aguarda y mi tiempo yo lo frene.

Pero que dicen tus palabras, no logro saber
Que me ofrece la espera si solo dolor ayer
Que debo de aprender que escuchar no se
Que me aguarda el tiempo, aun por hacer.

Si traigo el alma cansada de tanto sufrir
Y el corazón quebrado, lucha frente a un vivir
Y la esperanza puesta en tantos hechos sin fin
Dime tan solo dime, en que parte me confundí.

Si la impotencia ante el mundo aun me afecta
Si el hambre del podre mi alma hiere fiera
Si ver a los niños desvalidos, mi pena ciega
Si al contemplar al anciano, sanar quisiera,

Pero de que me valen las manos que tú me dieras
De que me valen los ojos que brillo y luz prendieras
De que me vale la voz, si enmudece ante la impotencia
De que me vale mi Dios, sentir amor, sentir clemencia.

Si necesito tu mano junto a la mía, aportando vida
Para sanar al enfermo de sus amargas heridas
Para guiar al niño ante esta vida perdida y confundida
Para pregonar al mundo que la fe y el amor todo alivia.

Te necesito tanto mi amado Dios ven a mi vida
Y camina a mi lado en estas fechas tan confundidas
Donde el hombre con una mano pide pan, con la otra vida
Y los que queremos se marchan, en soledad y silencio, sin despedida.

Francis Falcón.